Al escuchar el nombre de pizarra, es usual que nuestra primera imagen mental sea un aula de clase donde nos formamos académicamente, esos inicios educativos en compañía de amigos y compañeros, con un guía de aprendizaje, el maestro. Esas pizarras, pizarrón o encerrado generalmente es una superficie que sirve para la escritura y con la ventaja que es reutilizable, para escribir en ellos se usa tiza u otro material que permita el borrado rápido. Visto así, una pizarra puede ser simplemente un pedazo de rectángulo de madera pintado con colores oscuros verde o negro, que permitan escribir con tiza u otro material de fácil borrado, así como también puede ser de color claro y su escritura con algún material oscuro.
En sus inicios, su uso estaba centrado en los recintos educativos, pero por su característica de ser reutilizable, se ha hecho popular en centros de trabajo, negocios, empresas y hasta en el hogar. Ellas, como todo en el mundo, han evolucionado, y en la actualidad encontramos la pizarra magnéticas, llamadas por algunos pizarras blancas, las cuales las podemos ver como se usan en cualquier espacio, sea negocios, tiendas, centros educativos universidades y según los tamaños hasta en los lugares inimaginables. Las pizarras magnéticas, usan lápices especiales para su escritura, los cuales no generan residuos como lo hacen las pizarras de tiza, han sustituido los pizarrones iniciales.
Otra de las ventajas es que los borradores y lápices al incorporársele imanes se pueden adherir a la superficie dando de esa forma la posibilidad de tener todo el equipo junto. Las pizarras continuarán siendo útil, aun en esta era informática y de sistemas digitales. A pesar de aparecer carteleras digitales, siguen siendo las pizarras la herramienta indispensable para enseñar, dejar notas, colocar las órdenes del día en las empresas, los recordatorios en las oficinas, las notas en casa y poder utilizarla miles de veces.